CRUCIAL DILEMA

• Columna de Francisco Bartolucci Johnston, abogado, ex alcalde y ex diputado por Valparaíso

Es notable como el presidente Boric ha logrado arrastrar a la centroizquierda hacia los tiempos de la Unidad Popular. Y no se trata sólo de símbolos, ofrendas o recuerdos nostálgicos, ni tampoco de una serie de homenajes desmedidos e inmerecidos que han buscado convertir al ex presidente Allende en un nuevo héroe de la Patria; es mucho más que eso: la conmemoración oficial del 11 de septiembre ha tenido como decidido y programado propósito rescatar y poner en valor el ideario y el programa de la Unidad Popular, que como bien lo destacara -y reiteradamente- Salvador Allende tenía por objetivo final implantar en Chile el socialismo marxista, aunque lo matizara con “vino tinto y empanadas”.

Obviamente, el Partido Comunista ha colaborado entusiastamente a este propósito, como también los diferentes grupos del Frente Amplio y la extrema izquierda. Lo que si resulta sorprendente es como la centro izquierda, que se autodenomina democrática y progresista, se ha dejado atrapar en las redes y entregarse al punto de desperfilarse y echar por la borda lo avanzado y la oportunidad de ser una alternativa ante el electorado moderado del país.

Qué duda cabe, Salvador Allende y el ideario de la Unidad Popular se encuentran en el ADN de Gabriel Boric que le aflora discurseando, tarareando y en cada frase que le arranca del alma; lo que hace delirar a sus socios más extremos. El crucial dilema para el país -y su futuro- es saber si la “izquierda democrática” volverá sobre sus propias banderas y postulados para ser una alternativa, o definitivamente sucumbirá arrastrada por el remolino de las aguas del socialismo allendista. Chile, atento, espera una respuesta.