CON LA MUERTE DEL SUPLEMENTERO Y FOTÓGRAFO DE LOS JUEGOS INFANTILES LUIS OLMEDO SE HA IDO UNO DE LOS ÍCONOS HISTÓRICOS DE VALPARAÍSO

• Tenía su kiosco en la tradicional esquina de avenida Pedro Montt con Rawson, en el Terminal de Buses, donde daba respuesta a quienes le consultaban alguna dirección o lugar turístico

Uno de los más antiguos suplementeros de Valparaíso, Luis Olmedo Iriarte, que trabajó en su kiosco, de avenida Pedro Montt con Rawson, dejó de existir a los 74 años de edad.

En el año 1972, se instaló en esa concurrida esquina, levantándose todos los días a las 6 de la mañana para exhibir y repartir los diarios y revistas.

No descansó nunca, ya que su pasión por el trabajo de atender bien a sus clientes, lo combinó con la labor de fotógrafo de los juegos infantiles, una afición que mantuvo siempre.

Estaba casado con Elcira Irene Quintanilla Zamora, quien conoció a Luis a través de un primo de ella, cuando se encontraron en la Plaza O’Higgins. Allí estaba Olmedo captando las mejores escenas de los niños mientras se subían a los columpios y a los autos a pedales y otros juegos infantiles.

Elcira Irene ejerció por espacio de 50 años como modista.

De este matrimonio de 49 años nacieron Roxana, que es educadora de párvulos, y Andrea y Viviana, ambas enfermeras, quienes cumplieron una vital función en la atención y acompañamiento de Luis cuando presentó los primeros problemas de salud, que lo alejaron de sus funciones diarias en Valparaíso.

Olmedo fue testigo de la construcción del edificio del Congreso Nacional y una vez que entró en funciones, fue el principal suministrador de diarios y revistas a los parlamentarios, recorriendo los distintos pisos tanto en las mañanas como en las tardes para distribuir “La Segunda” y “La Estrella” de Valparaíso. Esta última con el tiempo comenzó a circular en las mañanas.

Se mostró siempre caballeroso y respetuoso; muy atento con las damas y las personas discapacitadas.

Estando a las puertas del terminal de buses, siempre orientaba a las personas que le consultaban por una determinada calle o qué bus abordar para llegar a un cerro de Valparaíso.

Se sabía los recorridos de todos los buses y las distintas líneas, además de los locales comerciales vinculados a restaurantes, bares, farmacias, carnicerías, hoteles y hasta moteles, con la respectiva numeración de los establecimientos.

Siempre en esa esquina se le veía en plena conversación con amigos y con quienes le pedían alguna información turística.

No se hacía problemas con el inglés, cuando le correspondía atender a un norteamericano o a un europeo, ya que quería que se llevaran una buena impresión.

Era un suplementero conversador, muy conocido y también muy querido.

Vivió con su familia en el Cerro Barón y después se trasladó a Quilpué donde tenían su residencia familiar.

Hay que recordar que Olmedo tuvo como colaborador diario a Alfonso Serey, más conocido como “Chapulín”, quien había muerto hace un año, cuando fue atropellado por un automovilista en avenida Errázuriz.

La partida de Luis Olmedo se produjo el 4 de marzo y sus restos fueron sepultados en el Parque El Sendero de Quilpué.

Febrero marca dos fechas importantes en la vida de este matrimonio: un día 23 fue el casamiento y el 24 era el cumpleaños de Luis.