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  • Es la historia de Roberto Gálvez Rojas que se tomó además la foto ganadora en el Sporting con el caballo “Grial”, que era de su propiedad, y que hoy está en poder de otra persona

Muchas son las enseñanzas que le ha dejado la hípica a Roberto Gálvez Rojas, partiendo por lo llamativo que resultó verlo que se tomara una fotografía en el podio de los ganadores con el ejemplar que no es de su propiedad.

“Es que este caballo era mío. Lo vendí hace unos meses. Lo vendí para Viña del Mar. A mí en Santiago me ganó una pura carrera y ahora aquí ha ganado tres. Me encantan que los caballos míos ganen, aunque estén en otras manos; igual estoy feliz por ellos. No hay ninguna envidia de por medio; al contrario por eso es que me tomé esta foto con este caballo, que lo estimaba mucho, es de muy buena sangre, tiene muy buena corriente sanguínea. Pero en Santiago no dio y aquí en Viña las ha ganado todas”, explicó con satisfacción.

Lo tuvo más de dos años y aquí en Viña del Mar debe llevar unos seis meses: “Influyó el cambio de mano del preparador. Se nota eso. De hecho tenía otros caballos en Santiago que salían último. Me los traje para acá. De hecho me traje tres. En total me traje ocho caballos que tenía en Santiago y en menos de un mes, ya he ganado tres carreras en Viña. Aunque en Santiago es más alta la competencia, es más dura, pero también va en la mano de la preparación, pero yo creo que todo es un conjunto de cosas”.

Con caballos en Santiago y Viña del Mar, Roberto Gálvez tiene el stud “Margal”: “Tengo en Santiago varios caballos y aquí en Viña tengo ocho en este momento. En son 17”.

GANÓ UN PLATAL

Respecto a la vinculación con la hípica se produjo una situación fortuita “porque la verdad de la cosas, yo vine acompañando a un hermano, en el año 88 al hipódromo y parece que el signo del que llega al hipódromo por primera vez, gana. Yo estaba pasando por una situación económica muy complicada. Tenía un hijo y mi señora iba a tener el segundo y de verdad nosotros no teníamos plata para pagar una clínica. Visitábamos el hospital público y mi señora tenía el plazo de las 40 semanas y mi señora tenía el síntoma y no quería nacer el niño. Decía el médico que faltaba tiempo. Ese día me acuerdo que la llevé como cinco veces al hospital y me devolvía con ella y a última hora decidí dejarla ahí en casa a esperar el lunes para ver qué pasaba. Me acuerdo que era sábado y mi hermano me dijo, vamos al hipódromo a dar una vuelta y mi señora me apoyó para que fuera no más y aguantémonos hasta el lunes. Y partí a las carreras. Entré y le dije a mi hermano, cómo se juega y llegué a la caja para jugar  una trifecta. Todavía me acuerdo 7, 4, 11. Jugué 100 pesos que era lo que costaba. Subo, corrieron y gané. En esos años cobré 165 mil pesos. Con ese dinero me llevé a mi señora a la clínica Dávila, gasté la plata en esto y me sobró. Fue un platal. A mi señora le hicieron cesárea, porque la verdad de las cosas la guagua no habría nacido si no hubiera sido con cesárea. Y aquí viene lo más simpático. Asistí al parto. Primera vez que asistía a un parto, porque a mi primera hija no fui. No pude. Pero a este fui, pude asistir y ver que cuando sacan al bebé tenía tres vueltas el cordón en el cuello. Un día más, me decía el médico, el niño habría fallecido por asfixia. Entonces eso a mí me gatilló. De ahí empecé a ver de otra forma la hípica y sentirme agradecido de haber salvado a un hijo, porque no tenía los medios y gracias a eso lo hice”.

Gálvez no es asiduo jugador de apuestas: “El año 2015 me hice propietario cuando compré el primer caballo y ahí me di cuenta que le ecuación propietario-jugador no cuadra. Aparte de que no he sido un gran jugador toda la vida, ya que siempre he sido muy temeroso para jugar. No me gusta perder jugando. Sin embargo, de pronto el preparador me dice que hay que comprar un remedio de 50 mil pesos para el caballo, lo compro. Porque me gustan los caballos, pero no soy muy dado a las apuestas. Lo importante en la hípica es que los caballos a uno le permiten no ganar plata ni hacerse de plata sino que se auto financien y eso creo que es lo que cualquier propietario busca. El auto financiamiento, que no tenga que meterme a fin de mes a sacar plata de otros lados para pagar este hobby que es muy caro. Eso debiera ser la lógica. Hay que veces que se da y otras veces que hay que sacar platita de otro lado para poder cumplir con los compromisos. Detrás de uno hay preparadores, a los que hay que pagarles, cuidadores, etc., es una serie de cosas que hay que cumplirlas. Porque si uno corta el eslabón de esta cadena esto no sigue funcionando”.

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