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*Es la historia de Juan Montecinos Toro que tiene una amplia trayectoria en la hípica ya que antes fue jinete, capataz y cuidador

Juan Montecinos Toro, es uno de los llamados “poni boys”, que guían a los caballos de carrera más indóciles, cuando se dirigen al partidor montado por un jinete, a fin de que no sufran contratiempos en ese trayecto, tarea que realiza con mucha eficiencia y agrado.

“El día de carreras en el Sporting, tenemos que estar una hora antes aquí y desarrollamos varias tareas. Una de ellas, es que cuando se arranca un caballo, tenemos que salir a pillarlo, entre todos. Y la otra función es que tenemos que llevar a los caballos pesados o indóciles al partidor con el jinete montado al lado. Esto ocurre con los ejemplares más pesados o indóciles”, comenta Montecinos.

La tarea siempre es larga, ya que deben estar durante toda la jornada de carreras en el hipódromo, labor que es más intensa el Día del Derby, cuando las competencias comienzan a las 9 de la mañana y terminan al anochecer, pero igualmente se siente feliz: “Es un trabajo muy bonito el que realizamos”.

Nos explica la razón de la existencia de los ponis: “Se les llama caballos maestros, porque van al lado del caballo de carrera. A este lo van guiando, le enseñan. Estos caballos son muy mansos y no pueden haber yeguas en este trabajo, porque un potro de carrera “se ayegua”, como se dice, con la hembra. Entonces tiene que ser macho”.

En el Valparaíso Sporting trabajan seis “poni boys” y en cada carrera se ve si salen todos a cumplir con esta tarea, añade Montecinos: “Durante la semana estos caballos están en un corral, en el sector de la cantera donde hay un caballero que los cuida y nosotros vamos a buscarlos allá”.

“Yo con mi compañero Patricio Méndez somos del Sporting y los demás son externos. Durante la semana también hacemos poni. Trabajos temprano en las mañanas en la cancha cuando los caballos se están ejercitando”, añadió.

Juan Montecinos está trabajando desde el año 80 en la hípica. Lleva casi 42 años, pero su historia refleja además que fue jinete, capataz y cuidador.

“Corrí con los buenos como Gustavo Barrera y Vásquez ganando más de cincuenta carreras. Incluso corrí en Nueva York Fue una experiencia fabulosa que me gustaría repetirla. Se gana buena playa y es una buena plaza”, concluyó con satisfacción.

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