FRANCISCO ROMÁN UN CUIDADOR DE CABALLOS QUE ESTÁ MUY CONTENTO DE TRABAJAR EN LO QUE LE GUSTA

• Desde muy niño se vinculó a esta actividad y hoy tiene las esperanzas de que una potranca a su cuidado le brinde grandes éxitos

Francisco Román Valenzuela, un cuidador de caballos del Valparaíso Sporting Club se siente feliz de estar en esta actividad a la que se vinculó desde niño.

“Llegué a la hípica por un amigo Álvaro Bernal, que es de una familia conocida aquí en esta actividad, amigo de jinetes, con Francis, Juanjo, el Pato, toda su familia ligada a la hípica siempre. Y desde chiquitito yo también venía con ellos, a acompañarlos aquí a las carreras y desde ahí nació esta pasión por los caballos, por las carreras, es algo que tira harto”.

Viene trabajando desde los 17 años: “Ya llevo unos trece años ligados a la hípica. Siempre he sido cuidador de caballos. En estos momentos cuido cuatro caballos y trabajo en el corral de Sergio Inda. He cuidado hasta seis caballos. Estoy cómodo en el corral donde estoy trabajando. Hay de todo para ayudar a los caballos. La verdad es que estoy bien contento”.

Su vida familiar está compuesta por su pareja y dos hijos y trabaja en forma dedicada: “Este es un trabajo bien sacrificado Es más que nada para la gente que le gusta. Es sacrificado, la verdad es que no se gana mucho pero uno vive bien. Para vivir hay que sacrificarse y trabajar mucho. Hay que levantarse muy temprano. Yo llegó a las siete o siete y cuarto de la mañana al Sporting”.

Consultado de cómo inicia la jornada señaló que “lo primero es llamar al caballito, se le hace la cama, se le hace el aseo a todo su cuerpo, se ve si tiene alguna lesión. Cómo amaneció, cómo comió, eso es lo primero que uno tiene que hacer. Cada caballo tiene un trainer diferente acorde a lo que se vaya preparando para su carrera. En estos momentos estamos con los potrillos y las potrancas en esta fecha de amansa. Yo tengo una potranquita a cargo, bien mansa, dócil y bien bonita, y ahí uno se genera las expectativas a largo plazo, porque a uno le puede tocar una potranca o un potrillo bien bueno para las carreras y eso es lo que más da. La potranquita todavía no tiene nombre”.

En la foto, aparece junto al ejemplar “Branderburg”.