Connect with us
  • llegó desde Iloca a Longaví donde están sepultados sus restos

Un profundo pesar embargó especialmente a Mónica Gutiérrez Moraga y a su hija Sofía García Gutiérrez la muerte de “Popeye”, una mascota que los acompañó durante quince años en el hogar que comparte con su esposo Gustavo García en Longaví, que también lamentó esta pérdida familiar.

La historia de “Popeye” se remonta a las constantes visitas que realizaba periódicamente a Iloca, especialmente al sector de La Pesca, el matrimonio compuesto por José  García y Amelia Cáceres.

Una perrita que tenía varios cachorritos merodeaba el hogar costero de este matrimonio, entusiasmándose José García en obtener de los dueños, la posibilidad de traer uno de los ejemplares a Molina, lo que consiguió, tratándose de un perro que por su aparente baja estatura de su progenitora serviría de compañía a Mónica Gutiérrez y a su pareja Gustavo García que estaban instalados en Longaví y que se convirtió en un hijo. Después de tres años llegó Sofía García Gutiérrez que consideraba a «Popeyito» como su hermano mayor, como queda registrado en varias fotografías familiares.

No existe certeza, quien le puso “Popeye” pero tratándose de una mascota que venía del mar, era el nombre más apropiado que lo marcó en su existencia.

Creció y alcanzó una gran estatura. Siempre fue un perro cariñoso con los suyos, pero bravo frente a las visitas, muchas de las cuales sufrieron los mordiscos o caricias de advertencia, convirtiéndolo en un animal protector de su familia.

En pleno invierno, reposaba en las pozas de agua cuando visitaba el sector de Itahue, y después emprendía locas carreras por el sector, secándose a los pocos minutos, ya que lucía un pelo delgado, lo que le permitía volver a revolcarse en las aguas, demostrando que para el no corrían la humedad y el frío.

Tuvo la fortuna de desplazarse desde Longaví hasta Molina, donde viven los padres de Gustavo García y también llegó en varias ocasiones a Viña del Mar, donde residen los progenitores de Mónica Gutiérrez. Allí, en el último período veraniego comenzó a declinar ostensiblemente su estado físico.

A pesar de los extremos cuidados prodigados por Mónica Gutiérrez, finalmente con la asistencia de una atención veterinaria puso fin a su existencia este lunes 12 de septiembre, siendo sepultado con el cariño familiar en los terrenos que la familia posee en Longaví.

La última noche de vida fue sufriente para Mónica Gutiérrez, ya que “Popeye” ladraba y gemía de dolor y exigía con su mirada una solución que pusiera fin a esta dramática existencia, que se resolvió con la venía del veterinario y con el profundo dolor de su dueña.

Presione para comentar

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MAS NOTICIAS

Página de Noticias De Pancho a Pancho y RECREO AL DIA hecho en Wordpress