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  • El preparador Wilfredo Mancilla pide de la autoridad hípica que revise la situación ya que no existe dolo en los casos que se han detectado en los hipódromos

Existe preocupación entre los preparadores ya que algunos de ellos han sido castigados, porque sus caballos aparecen contaminados con ketamina, una sustancia que no es administrada a los ejemplares sino que se produce a través del contacto o del roce que estos tienen con las personas del mundo hípico y que consumen drogas, situación que es detectada en los controles doping de los hiopódromos.

Esta inquietud la expresó Wilfredo Mancilla: “Los preparadores estamos pasando por una situación un tanto difícil con el control doping, por una sustancia que está apareciendo en nuestros caballos, que nos están contaminando con ketamina, en unos niveles bajísimos, niveles de contaminación. No son niveles de que nosotros hagamos un dolo o que le estemos proporcionando alguna droga prohibida a los animales sino que son contaminaciones leves y que el control doping, que es de muy alta tecnología detecta todo. Nos tiene complicados porque nosotros entendemos que este es un problema social, un problema de la drogadicción que hay en estos tiempos y el consumismo de esta droga hace que salgan nuestros animales contaminados, lo que está bastante malo y complicado para nosotros”.

Están castigando a los preparadores “yo he sido afectado al igual que Juan Pablo Baeza, Poncho Bernal, el hijo Felo Bernal y Velarde. Hay mucha gente complicada con el tema y va a seguir saliendo si la autoridad hípica no toma cartas en el asunto e investiga más el tema y que haya un umbral de tolerancia mínimo, en unos rangos que separe lo que es la contaminación con lo que es una presencia de la droga en una cantidad importante, que no es el caso. En todos los casos ha salido presencia muy bajísima, nanogramos. Es un tema que hay que verlo, revisarlo y tratar de innovar para poder trabajar con más confianza, porque hoy día, todos corremos riesgos cuando se ganan carreras”.

A mayor profundidad Mancilla explicó que “no hay ningún dolo, es producto del roce, de la contaminación que hay en distintas fases, porque el caballo lo trae una persona, después lo toma un parador, pasa por diferentes personas. Hasta en la misma foto hay contacto con las personas. Entonces es un tema muy complicado. Los caballos no pueden estar viviendo en una burbuja. Lo que pasa es que la drogadicción ha aumentado mucho y las  drogas son bravas y el control doping con maquinarias de última generación y tecnología, sabe todo, descubre todo en cuanto a la acción química que hay en el cuerpo del animal, pero en ningún caso es una ventaja. Ojala que esto encuentre una solución para todos”.

El animal se contamina con la droga que usan las personas: “Es una droga que las personas manipulan, que se llama tusi. El animal se contamina por el contacto. Si tu hiciste droga y si en la mano te quedan rasgos de esa droga, y tocas al caballo, le tocas las narices, lo contaminaste. Es una contaminación que es detectada por las máquinas que son de última generación”.

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