LAS RAZONES DEL LARGO DETERIORO DE VALPARAÍSO

• Por Gabriel Aldoney Vargas, ex Intendente de la Región de Valparaíso y actual Presidente de Empresa Portuaria Austral

Valparaíso es una ciudad de grandes atributos. El ingenio y voluntad con que sus habitantes fueron ocupando los cerros dieron forma a un anfiteatro y a una manera de vivir muy singular. Los emprendimientos deportivos, culturales, sociales y en el saber muestran ejemplos que aún perduran. Sin embargo, su deterioro es evidente y sus indicadores muestran un bajo índice de calidad de vida.

La pregunta es por qué es así. Los factores son varios, pero hay uno que se destaca: la baja capacidad de decisión en la gestión pública, en especial frente a proyectos de impacto. Cuando ello ocurre no es posible romper inercias. En el último tiempo hay varios ejemplos de los cuales aprender.

Con el proyecto T2 se intentaba relevar la importancia de Valparaíso como puerto, aprovechando sus aguas abrigadas e implementando adecuadas compensaciones, como se indica en el Estudio de Impacto Patrimonial, tantas veces citado parcialmente. Ya no es posible llevarlo a cabo. En la búsqueda de nuevas alternativas, se debería contar con un Plan de Manejo del Sitio y la instalación de un Ente Gestor que permita un desarrollo portuario compatible con el área patrimonial, tal como se recomienda en el citado informe. Además de tener a la vista los cambios dentro de la industria marítima y logística, las mayores exigencias ambientales, las alzas en los costos, la temporalidad de la solución, etc.

Junto al proyecto T2 se inició la apertura del puerto a la ciudad. Se organizaron actividades con gran concurrencia ciudadana como conciertos, competencia de boga, apertura del Muelle Barón, habilitación del primer puerto deportivo de carácter público, etc. Y se concesionó Puerto Barón un espacio ciudadano integrado a la trama urbana. Después de más de 15 años, el concesionario desistió de llevarlo a cabo, abandonando una inversión de US$156 millones. En su reemplazo se construye un parque financiando con recursos públicos por un monto de US$28 millones, los que podrían haberse destinado a solucionar demandas sociales en la comuna, de haberse mantenido el Proyecto Puerto Barón.  Esta decisión implicará costos de gestión no menores y requerirá de un gran esfuerzo organizacional para evitar que esta área se degrade, como lo demuestra la experiencia comparada.

El área Patrimonio de la Humanidad solo es una parte de la ciudad. En sus cerros se encuentra el sentido más humano del patrimonio porteño, olvidado por mucho tiempo. No existe un plan destinado a transformar este atributo en un factor de desarrollo sustentable y reconocido por la ciudadanía. El propio sitio se encuentra en condiciones deplorables, salvo algunas iniciativas privadas. Existen proyectos que cuentan, desde hace años, con financiamiento del Gobierno Regional que aún no se concretan, como son la recuperación de la Escuela Barros Luco, primera experiencia educativa con sello patrimonial y la recuperación del edificio donde funcionará el Instituto de Neurociencia.

Al parecer, hoy es la oportunidad para avanzar en el tren hacia Santiago. Se argumenta que la carga portuaria sería un factor relevante para el proyecto. El puerto no cuenta con espacios suficientes para operar con frecuencias gravitantes. Si lo fuera, sus vías obstaculizarían el deseado acceso al borde costero. Además, la operación entre trenes de pasajeros y carga, por una misma vía, afecta la eficiencia de la operación. Para captar pasajeros, la ubicación de las estaciones es clave. Estas deberían estar integradas a una red de transporte público. Sin esta condición el tren pierde atractivo. Este proyecto no debe llevarse a cabo sin una participación de la región.

La descentralización trae consigo una gran responsabilidad para las regiones: generar proyectos para competir por la capacidad de recursos. No hacerlo sería un despropósito, dadas las dificultades financieras que enfrentamos y a la urgencia de resolver otros problemas como son la sequía, la creciente congestión (mvilidad), así como la existencia de campamentos.