VUELVEN CON MÁS ENTUSIASMO LAS CLASES DE TANGO QUE OFRECE EL PROFESOR OSCAR RODRÍGUEZ LEIVA

• Después de la pandemia retomó las actividades de su academia en dos juntas vecinales

Con entusiasmo y decisión Oscar Rodríguez Leiva profesor y director de la Academia Los Amigos y Amantes del Tango de la V Región retomó las clases de este baile que es Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad.

Esta academia nació el 1 de marzo de 1996 y desde allí comienza su trayectoria como profesor de tango: “Participé durante 19 años en el famoso certamen internacional Valparatango. He desarrollado diferentes actuaciones en el Teatro Municipal de Valparaíso, en el Teatro Municipal de Viña del Mar y en la Quinta Vergara con cientos de adultos mayores. Tengo diplomas y galvanos otorgados por las municipalidades de Valparaíso y Viña del Mar  además tengo un reconocimiento que me hizo el encargado cultural Claudio Di Girólamo”.

Hasta antes de la pandemia dictaba clases de lunes a viernes en diferentes sedes sociales de Valparaíso, Viña del Mar y Concón: “Yo partí en mi casa de Atalaya 206 en Playa Ancha donde habilité un hall que era bastante grande”.

Después ofrecía clases en las juntas vecinales “clausurando los cursos con un gran acto en el Salón Independencia del Hotel O’Higgins de Viña del Mar. Esta actividad la hice durante veinte años contando con la colaboración del ex concejal porteño Eugenio Trincado. No había ninguna otra academia que llevara tanta gente, ya que se juntaban unas 220 personas”.

La pandemia provocó un fuerte decaimiento de la actividad, desapareciendo hasta las tanguerías pero a partir de octubre del año pasado Rodríguez retomó las clases que dicta en dos recintos: “En la sede vecinal 115 de calle Avenida Quebrada Verde con República en Playa Ancha y en la sede de la Junta de Vecinos Libertad que está ubicada en el segundo sector de Gómez Carreño.

SUS INICIOS EN EL TANGO

Rodríguez relata cómo se relacionó con este baile: “Por el año 1994, me invitaron unos amigos a una cena bailable, en un club naval que había en la calle Freire, local que después se incendió. Estos amigos pidieron música, bailaron tango y los vi bailar. Me gustó y desde ese momento yo empecé a asistir a clases para aprender a bailar tango. Aprendí con tanta facilidad que en tres meses ya era monitor. A los seis meses hice una exhibición de tango en Calama por la academia que en esa época era de Enrique y Maggi. Allí bailé también el famoso tango “Por una cabeza” y lo bailé hombre con hombre. No hay que olvidarse que el tango empezó bailándose así. En antaño, el tango en Argentina empezó bailándose hombre con hombre, tomados de la mano. ¿Por qué razón? porque el tango era muy mal mirado y en esa época era muy cursi para las damas. El tango empezó después a gustarle a las damas pero en los bajos fondos donde estabas las prostitutas. Ahí empezó el tango en Buenos Aires”.

Recordó que el tango es Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad: “Yo tengo un pergamino que me otorgó el cónsul general de Argentina en Valparaíso que fue hace como diez años por  haber participado en la Séptima Cumbre Mundial del Tango”.

Hoy día no quedan tangueros antiguos: “Soy una excepción. Yo creo que por este año voy a seguir aunque siempre digo lo mismo. Lo haré hasta que tenga fuerzas para hacerlo”.

Respecto de las clases explica su fórmula: “El tango no se enseña como una clase de cueca que es grupal. Yo lo bailo en forma individual con cada dama y ahí uno le va enseñando, le va viendo las cualidades como tanguera y ahí uno va eligiendo las tangueras para hacer las exhibiciones”.

En tanto los hombres aprenden con una monitora de tango aunque cuando está enseñándole a una dama aprovecha de observar a las otras parejas para después instruirlas