SE FUE PARTE DE LA HISTORIA DE RECREO CON LA PARTIDA DEL PELUQUERO BARBERO JUAN GONZÁLEZ VEGA

• Viuda lamenta que nadie del barrio asistió a su despedida cuando se estacionó la carroza frente al taller “Peluquería José Luis” de Diego Portales

Con la muerte del peluquero barbero Juan González Vega, de 77 años, de la tradicional peluquería José Luis de calle Diego Portales 682, se fue parte de la historia de Recreo, ya que toda su vida trabajó en este barrio, aunque vivía en Chorrillos. Le sobreviven su esposa Ana Luisa Araya Molina, tres hijos y tres nietos. La viuda lamentó que el pasado lunes cuando la carroza con el cuerpo de su esposo se despidió de Recreo y se ubicó a la altura de la peluquería, junto a una caravana de vehículos que lucían globos y flores, nadie del barrio salió a responder esta visita, a pesar de que se alertó a través de bocinazos. Del mismo modo se refirió a algunos comerciantes amigos de Juan González que no estuvieron a la altura de las circunstancias. “Fueron 52 años de vida que estuvo trabajando sin parar. Atendió a mucha gente, a padres de varios comerciantes del barrio que ahora se olvidaron de él. Agradezco a la señora Fany, asistente de la ex parlamentaria Laura Soto de quien recibí las condolencias. También a la señora del contador que llegó con un ramo de flores y una tarjeta. También a un caballero de la CCU”.

“En plena agonía –recuerda ella- que él le dijo que hablara con determinadas personas del sector para que colocaran un aviso en la peluquería de que pronto volvería a trabajar, para tener informada a su clientela. Pero nadie hizo caso. Estoy muy dolida con ellos, porque mi marido los quería y apreciaba y los tenía como amigos”.

Los costos funerarios bordearon el millón y medio de pesos, asumiendo sola con sus hijos estos valores, encontrándose con la desagradable solicitud de que debe desocupar el taller porque de lo contrario le cobrarían el arriendo mensual. Para enfrentar estos gastos imprevistos puso en venta el sillón de peluquero importado que tiene un valor comercial de tres millones de pesos pero espera cualquier aporte para superar la emergencia económica.

Ella recordó que su esposo alimentaba a un perrito llamado “Monchito” de quien siempre estaba preocupado y que felizmente está en el hogar de un vecino.

Sus restos están sepultados en el cementerio parque Los Pensamientos.