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  • Llegó desde Temuco a Viña del Mar y siendo niño arrendaba ponis en la avenida Perú hasta que un día lo llevaron al Derby, despertando su entusiasmo por ser jinete

Después de dos años, tras sufrir graves lesiones por una rodada, volvió a las pistas del Valparaíso Sporting Club, Freddy Inostroza, más conocido como “El huesito”, quien llegó a la zona siendo niño desde Temuco.

Su historia vinculada a los caballos comienza cuando su familia se traslada a Viña del Mar el año 1998 y siendo niño arrendaba ponis en la avenida Perú, hasta que tuvo la oportunidad de concurrir a una versión del Derby, entusiasmándose de inmediato con la idea de ser jinete, ya que estaba acostumbrado a relacionarse con los caballos en la zona sur: “Dejé de estudiar, hacía la cimarra y me venía al Sporting. Y se dio la oportunidad.  Yo le dije a mi mamá que quería ser jinete y las cosas se dieron y acá estoy feliz de correr. Puedo decir que soy nacido y criado en el Sporting, esta es mi cuna, llevó veinte años corriendo”.

Después fue a correr a Santiago donde estuvo diez años: “Estoy agradecido de Dios porque me ha ido bien y solo debo lamentar, el accidente que tuve el año 2018 aquí en el Sporting. Estuve dos años sin correr. Me quebré el fémur y la espalda en una rodada que tuve acá. Los médicos me habían dicho que no iba a correr más y que tenía que jubilarme, pero se dilató el tema y tomé la decisión de volver a correr y gracias a Dios se han dado las cosas y he ganado doce carreras aquí y en Concepción pero en uno o dos meses más me voy de vuelta a correr a la capital. Estoy muy agradecido de los preparadores y del Sporting”.

Tiene 37 años de edad, separado, dos hijos: “Yo voy a morir en las patas de los caballos porque amo ser jinete”.

TRABAJÓ EN UNA PANADERÍA

“En los dos años que no estuve corriendo trabajé en una panadería. Aprendí a hacer el pan mientras me rehabilitaba, ya que tenía mucho tiempo libre. Pero lo mío era la hípica y así se lo hice saber a los médicos que quería volver a las pistas. Me dijeron que estaba capacitado y es así como hace dos meses retomé las carreras y soy feliz corriendo. Los accidentes son gajes del oficio. Hay rodadas normalmente y así como uno se cae corriendo también se puede caer uno en la ducha, desde la cama. Es parte de esta actividad y no tengo temor”, explicó Inostroza.

Llegó a pesar 74 kilos y al retomar la profesión volvió a los 53 que lo mantiene con un físico envidiable para seguir montando fina sangres.

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