JOVEN COLOMBIANO QUE VINO A PROBAR SUERTE EN CHILE, A PUNTA DE COSTALAZOS APENDIÓ A MONTAR Y CUIDAR CABALLOS EN EL SPORTING

• Sus amigos subieron a Tik Tok las escenas más pintorescas de ese aprendizaje y hoy está feliz de trabajar en Viña

Cuando Edy Páez Ramírez, llegó de Colombia a Chile en busca de mejores oportunidades laborales, partió en Santiago, pero una vez que lo despidieron, llegó a Viña del Mar donde hoy ejerce como cuidador de caballos y en los días de carrera se ocupa de alzar con sus manos a los jinetes para que monten los ejemplares.

“Llegué el año 2020 a Viña del Mar. Me vine solo. Pero primero estuve en Santiago. Allí tuve problemas durante la pandemia, ya que me despidieron, cuando trabajaba en una empresa transportadora. De ahí empecé a tocar puertas. Tenía un conocido que es dueño de caballos y él me trajo al corral de Wilfredo Mancilla. Trabajo con él hace alrededor de un año y medio. Empecé en tareas como arreglar el jardín, recoger las bostas de los caballos, mantener el corral, dar la guardia, el agua, ver el pasto. Yo nunca en mi vida había visto un caballo. Así que empecé de a poco. Después los cabros me entusiasmaron, a que montara caballos, porque ellos me decían que estaba haciendo pega para flojos. Me pasaron una yegüita para cuidarla, la “Steateos Union”. Empecé con ella. Después despidieron a un cabro como al mes y comencé a cuidar otros caballos y ahí inicié el proceso de cuidado. Cuidaba a cuatro y estaba aprendiendo a galopar porque no sabía ni galopar, nada de eso”, agregó con mucho entusiasmo en lo que hace.

Explica el momento cuando empieza a montar los caballos: “Una vez vino el capataz, el galopador y me tiré el salto y me fui a la cancha con mis caballos, no más, y eran potrillos y los empecé a montar. Tuve muchísimas caídas, aprendiendo caleta, hay hasta Tik Tok de eso, ja, ja, ja… Los que me estaban enseñando, gracias a Dios, me sirvió de mucho y aprendí con ellos. Yo aprendí a montar con los potrillos. Una cosa es montar un caballo manso y otra cosa es montar un potrillo. Nunca me di por vencido, así que si me caía, me subía, me caía y volvía a subirme hasta que aprendí y uno como que deja de caerse. Uno va ganando experiencia”.

Ahora estoy haciendo un reemplazo en la troya ayudando a los jinetes a montar los caballos: “En el día estoy con los caballos en mi corral y el día de las carreras tengo esta función. La tarea es echar los jinetes arriba. Hace como tres meses hago este reemplazo. Por ahora el cabro titular sale de vacaciones y yo lo reemplazo”.

Para Edy Páez “esta pega es bacán porque uno llevando caballos se expone a más riesgos y acá uno está más cerca de los jinetes, está más tranquilo, sobre todo a los que nos gusta este mundo de andar viendo las carreras, de saber qué pasa. Es una experiencia bacán, porque aquí uno ve cómo funciona todo esto de la hípica”.

Al principio estaba desilusionado cuando llegó a Chile: “Cuando llegué a Santiago no me gustó mucho Chile, pero cuando me vive acá al Sporting, en Viña del Mar me di cuenta que la percepción de Chile era diferente. Acá me adapté, acá son todos como mi familia, entre todos nos queremos, nos cuidamos. Estoy feliz”.