Hípica

EL PREPARADOR GABRIEL REYES IRIARTE ALERTA SOBRE LA FALTA DE JINETES Y CUIDADORES DE CABALLOS

  • Profesional de 45 años trabaja en la misma actividad junto a su padre de gran trayectoria

Gabriel Reyes Iriarte es un destacado preparador viñamarino que siguió los pasos de su padre Gabriel Reyes González, a quienes les ha ido bastante bien en la hípica.

Reyes Iriarte ha estado toda su vida vinculada a los caballos y se siente feliz y grato de trabajar con su padre: “Hasta ahora nos ha ido bastante bien; estamos con unos potrillitos en los clásicos de la generación. Trabajamos juntos los dos; tenemos unos corrales en conjunto. Ha sido bueno para mí tener la experiencia de mi padre, estar con alguien que te aconseje y te guíe. Es bueno para uno, siempre en esto nunca se termina de aprender. En lo personal  me ha ido bastante bien; hay harto caballo; no nos podemos quejar porque  tenemos potrillos”.

Reyes González partió en Santiago hace 40 años y después se radicó en Viña del Mar. Reyes Iriarte de 45 años es viñamarino. Tiene dos hijos, uno de 18 que va en cuarto medio y otro de 13 que cursa octavo “pero ambos ven la hípica por la televisión. No es mucha la afición por los caballos”.

ESCUELA DE JINETES

“La hípica hoy día exige 18 años para trabajar o si son menores de edad deben contar con un permiso lo que hace difícil tomar niños jóvenes, ya que también se pide cuarto medio. Por otra parte, la Escuela de Jinetes no está funcionando por lo que cuesta más atraer a jóvenes porque entran todos queriendo ser jinetes  Por ahí hay una piedra de tope que está costando atraer a gente nueva”, comentó.

La pandemia –agregó- se constituyó en una limitante para la actividad, ya que no se podía trotar y a los jinetes les costaba hacer el peso al estar restringidos los permisos. Para la hípica fue una época dura que ya pasó y es de esperar que no vuelva a pasar”.

Reyes Iriarte señala además que faltan cuidadores de caballos: “Es un oficio que se va perdiendo con los años, pero la idea es que los jóvenes pudieran probar, conocer la hípica que es otro mundo. Hay que estar acá para vivirlo y trabajar con animales cambia todo, es decir, siempre cuando uno va a entrar a un trabajo nuevo cuesta, pero aquí no falta estudiar. Esto se aprende día a día, es bonito y al que le guste ojalá pueda seguir y trabajar con animales porque es bien gratificante”.

Comparte si te ha gustado

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MAS NOTICIAS

Salir de la versión móvil